01 mayo 2014

Tengo miedo, por eso escribo

Faltan tan pocos días y estoy nerviosa, no puedo negarlo mientras me delata la voz temblorosa y empiezo a parpadear sin parar. Me siento asustada, temerosa porque pienso en ráfagas que las cosas no pueden salir tan bien… ¡si soy tan tímida, cohibida y confusa cuando tengo que exponer! Y tengo una explosión de ideas en la cabeza y la gente me pone mal: me mareo, se me seca la garganta y el corazón me empieza a hablar. Quisiera ser otra. En esos momentos no quiero ser yo y comerme las miradas burlonas.

¿Por qué me pasa esto? Si alguna vez me paré sin miedos y pude hablar con convicción, yo no lo recuerdo. Desde que tengo memoria no sé qué hacer cuando tengo que hablar en público: o me rasco la nariz, me quedo quieta, muevo más las manos, carraspeo, parpadeo muy rápido, hablo sin pausas, se me olvidan las palabras, no dicciono bien. Me siento extraña, esta decisión fue mía y solo mía, me voy a parar frente a 300 personas y hablaré. Voy a temer y yo lo elegí así. Me estoy preparando lo mejor que puedo porque tengo miedo. Tengo miedo, por eso escribo.

27 abril 2014

Libros de la infancia: el primero de todos

Quiero cerrar tanto tiempo los ojos que pueda volver a sentir exactamente cómo olía ese libro de 365 cuentos. Lo compré con mi papá en una inauguración de tienda que ocurrió cuando tenía 5 años y llevaba unas semanas que había aprendido a leer. Olía a nuevo, a goma de pegar, a papel blanqueado y pintura; era azul noche la portada y en el centro tenía una media luna de perfil sonriendo con su gorrito de dormir. Una luna amarilla como tantas y el libro era gordo y grande, de tapas acolchadas. Azul como enciclopedia que tanto me gustan. Era mi libro favorito, mío y solo mío, sin compartirlo con nadie lo leí sentada en mi cama por tantos minutos que se hizo de noche y tuve que ponerme mi gorro de dormir. Lo terminé rápido, no entendí todo. Me asombré con tanto color y las historias de niños malos que los castigan con comida envenenada. Tenía historias de pájaros, de juncos creciendo doblados y estanques con flores de loto, los niños tenían mejillas rosadas y siempre iban abrigados con bufandas.

Era un libro como de otro mundo, en un tiempo que yo no sabía de frío, sino sol todo el tiempo. Vivía con mi mamá de rostro jovial y con hermanas que no sabían ni hablar. Lo leí y releí tantas veces, que me aprendí muchas historias de memoria y las redibujé en cuadernos. Mi primer libro de cuentos que tantas veces me hizo feliz. Se fue recortando para las tareas del colegio, para sacar flores y animales que rellenaran las estúpidas tareas del colegio. ¡Como me aburrían las tareas! Ese infierno repetitivo que evitaba leyendo historias de muchos colores, con finales de risa y emoción. No lo he vuelto a ver en años, se perdió como tantas cosas en las mudanzas y fue deshojándose con los años. Creo que logré revivir su olor por un instante, misión cumplida.

Gracias por leer.

24 abril 2014

Es parte de mí: soy hipersexual


No he podido dejarlo...
empiezo temprano y solo durmiendo puedo olvidar
puedo descansar/no puedo descansar.
No sé si contarlo, no sé si estoy mal.
Es parte de mí: soy hipersexual.
¿Qué hacer? ¿alguien más?
Tenía 4 o 5 años... ahí empezó, incluso antes si pudiera recordar...
Ahora vivo atrapada en relaciones de mentira.
Ni amor ni amistad.
Soy hipersexual, ninfómana me dirían.
Nadie más lo sabe.
Sí, si me puedo controlar (a veces).
Puedo hasta que un roce o una palabra me despierta del letargo.
Imagino que me han descubierto en la calle.
Atraigo pervertidos, parafílicos
Sexo, soy energía sexual. Sí, me he podido controlar.
Varios años ya de esto.
Hola, soy ninfómana. Reprimida, me he sentido muy mal.
A veces me gustan todos y quiero orgasmos todo el día.
También me canso de esto... los orgasmos duelen.
El sudor ajeno me apesta. No sé si pueda parar.
También quiero amor. El sexo sin cariño me desarma.
Me complace. Pero me vacía.
Tengo miedo de los daños. Siento que me pierdo.
Tengo fuego en el útero, casi puedo quemar...
Antes: virgen angustiada. Ahora: me asusta la soledad, la falta de un cuerpo.
Masturbación y pornografía. Porno para olvidar.
Hecho en falta mis días de ignorante.
Antes de conocer el sexo con otro humano.
Antes de los besos. Antes de un nosotros.
Antes del olvido. Antes de los miedos.
Antes de todo, cuando aun ni sabía hablar...
¿Cuál es mi problema? A veces solo quiero ser feliz.




05 enero 2014

Desas noches casi perfectas

Estaba con ella mirando las tantas estrellas cuando el cielo ya estaba oscuro. La humedad del suelo era maravillosa, fresca y relajante, ese olor a naturaleza donde estábamos sentadas las tres me relajaba. Pasaba lentas mis palmas encima del pasto, mojaba mi cara con ese rocío tibio, sentía esa paz que solo se siente cuando sabes que no hay peligro y puedes dormir tanto como quieras. Ya nos íbamos a dormir, estaba oscuro, pero podía ver a mi mamá con su expresión relajada apuntando estrellas y colores con sus largos dedos. Decía sus nombres despacito, que nos cuidaban, que pidiéramos algún deseo.

"Mamá, léenos algo" yo le pedía, como siempre interrumpiendo buenos momentos. "Esta historia me la sé de memoria", y empezó un cuento de planetas, árboles, el mundo antes de ser mundo... "a dormir mi niña, sin más miedo" y no hacía frío aunque estaba oscuro y  era un cerro verde con olor a humedad. No hacía falta abrigo ni más luz que las estrellas. Así, mi hermana se durmió a mi lado, con los brazos abiertos, la cara iluminada y una sonrisa tierna, como cuando yo la cuidaba. Nadie decía nada, pero estaba eso bien. Mis dos mujeres de expresión calmada, durmiendo en la humedad, mojadas de rocío y con una estrella en la frente. Yo estaba despierta, pensando que las extrañaría infinitamente al despertar. Sus dedos largos, su voz calmada, la paz que siento a su lado, la-no-necesidad de nada más que estar y ser con ellas la mujer valiente que no he podido encontrar en mí.

Mamá, a veces te extraño y vuelvo a ese sueño para verte, linda. Hermana, ¿cuántos abrazos te debo?

26 noviembre 2013

Hora de silencio


"No se extinguirá la hora en que caíste aunque miles de voces crucen este silencio"

Silencio... silencio por favor. (Casa de la Memoria, Valdivia-Chile)

05 noviembre 2013

A veces, cuando se callan

Me gusta cuando la gente calla, hay un silencio gustoso que me acompaña. Me siento en libertad para pensar y las bocas pintadas se pegan. El sonido de voces roncas de fumar, y las risas desordenadas, la gente que habla y dice nada... Es pecado desparramar rompe/silencios cuando hay más lágrimas que pensamientos. Le pido al mundo que de pronto sea todo un gran tapón que calle al que promete y nunca cumple y los que no saben pedir perdón. Y cuando la gente llora sea el llanto y los suspiros como un pájaro contento, como el sonido de una ola o el aullido de un perro. 

Si me gusta cuando la gente calla es porque en el mundo hay poco silencio, hay mucha palabrería, hay mentiras que no entiendo. 

31 octubre 2013

La noche de brujas

¿Qué me pongo? Está lloviendo, temporal de viento y es noche de brujas... ¿qué sugieres amigo? Amigo, ese que llama y no espera que conteste. Oye amigo, no llames más, ya sé qué me quieres decir. Yo lo entiendo, yo te admiro. Me pongo un abrigo y no uso pantalones, debajo el piyama y calcetines de corazón... botines y que la lluvia se apiade de mi. 

Amigo, no sugieres nada, tu maleta y mi mochila... caminamos con el peso a cuestas. Vamos, ¿que importa el frío? y el pelo se va enredando, me sacudo los granizos. Falta mucho... camino y me mojo las piernas, el pelo se va enredando, llevo mi mochila a cuestas y los granizos me tocan la espalda. Quiero entregarte tu sombrero, se lo lleva el viento y un camión lo impulsa, sale volando... lo miramos juntos y es la última vez.

Amigo, me duele la espalda y mis piernas no son tan firmes. Los granizos suenan en el techo del paradero y yo quiero tomar té. No puedo devolverte tu sombrero,  pero te entrego la mochila con tus cosas. El taxi no llega, nos perdemos a la vuelta de la esquina. Mi pelo se sigue enredando, pero ya no quiero té. Yo te quiero mucho, espero que te vaya bien. ¿que me pongo ahora? Parezco un disfraz, me pongo triste y es lo único que llevo.

13 julio 2013

Renacer después del placer de ser quien no soy

Buenas madrugadas, saludo a usted o ustedes y les comunico que estoy de vuelta. Tengo ganas desde lo más recóndito de mi misma para escribir una vez más, después de la última prueba y los últimos estreses de mi vida como estudiante. Quiero poner a funcionar esta cosa que se estancó desde que, en algún momento, desde hace más de un año dejó de moverse y ya no tecleaba más. Entonces pienso en los meses que alguna gente, algún persona llegó y me distrajo de este atractivo mundo virtual. 

En tanto tiempo pasan cosas que nadie pudo atrapar, no hay botellas con recuerdos ni cajas con lo que fue, solo está la mente trabajando para traer acá algo que pueda decir que estuvo y ocurrió. Parece que todo pasó en una semana de por ahí, digamos marzo. Digamos noche y madrugada, la mañana de esa noche y los besos del día siguiente. Digamos que me gustó y que las palabras empezaron a enojarse, el tacto se hizo bien, era más suave decir me gusta con un roce. Ya no decía me gusta, yo decía soy feliz. Yo fui feliz muchas semanas y después...

Ya no tanto, no tanta felicidad, no tan curiosa, ahora bien y nada más que bien. Un OK digamos por decir algo. Volví y puedo seguir volviendo. 

21 marzo 2012

Hambre universitaria

Leo mucho, escribo poco. Paseo por la U pero sigo conociendo nada. Me pierdo todos los días y siento el hambre universitaria, el frío de las sillas, cómo se adormecen mis piernas por estar tanto tiempo sentada. Me encanta y me emociona. No me siento sola aunque pareciera que siempre lo estoy. Me gusta ir a clases, me gusta el frío y llegar temprano.

Hay tiempo para todo, hay juventud y ánimo, a los compañeros los noto ansiosos. No les han dicho aún que hay tiempo para todo. Hay momentos de ocio, de risa, de estudio y estrés. Que se pierdan todos los  que vinieron a reírse y reclamar por hambre, frío o excesos de páginas para leer.

Yo lo pido todo: lecturas infinitas y paros porque merecemos algo mejor, una buena nota y una nota mala. Compañeros que no se bañan, que no se callan, que nunca llegan,que llegan tarde. Días de lluvia y sol hasta cansarme. Profes que nos animen, que nos depriman, que nos estresen, que nos hagan reír. Amigas y amigos, desconocidos que caminen conmigo en las mañanas. Choferes mala onda, días perfectos y libros que aburran. Quiero todo, no me perderé nada de este año. Que venga a mí lo mejor y lo peor de una vida universitaria.
Ebria no quiero estar sí. Tengo un hambre animal ahora. Fin.

Buen viaje. Perdón y olvido.

No te enamores de mis días buenos ni de las horas felices. Mi sonrisa está tatuada, amigo. No dejaría de acompañarte, pero a veces estoy de...