13 julio 2013

Renacer después del placer de ser quien no soy

Buenas madrugadas, saludo a usted o ustedes y les comunico que estoy de vuelta. Tengo ganas desde lo más recóndito de mi misma para escribir una vez más, después de la última prueba y los últimos estreses de mi vida como estudiante. Quiero poner a funcionar esta cosa que se estancó desde que, en algún momento, desde hace más de un año dejó de moverse y ya no tecleaba más. Entonces pienso en los meses que alguna gente, algún persona llegó y me distrajo de este atractivo mundo virtual. 

En tanto tiempo pasan cosas que nadie pudo atrapar, no hay botellas con recuerdos ni cajas con lo que fue, solo está la mente trabajando para traer acá algo que pueda decir que estuvo y ocurrió. Parece que todo pasó en una semana de por ahí, digamos marzo. Digamos noche y madrugada, la mañana de esa noche y los besos del día siguiente. Digamos que me gustó y que las palabras empezaron a enojarse, el tacto se hizo bien, era más suave decir me gusta con un roce. Ya no decía me gusta, yo decía soy feliz. Yo fui feliz muchas semanas y después...

Ya no tanto, no tanta felicidad, no tan curiosa, ahora bien y nada más que bien. Un OK digamos por decir algo. Volví y puedo seguir volviendo.