Faltan tan pocos días y estoy nerviosa, no puedo negarlo mientras me delata la voz temblorosa y empiezo a parpadear sin parar. Me siento asustada, temerosa porque pienso en ráfagas que las cosas no pueden salir tan bien… ¡si soy tan tímida, cohibida y confusa cuando tengo que exponer! Y tengo una explosión de ideas en la cabeza y la gente me pone mal: me mareo, se me seca la garganta y el corazón me empieza a hablar. Quisiera ser otra. En esos momentos no quiero ser yo y comerme las miradas burlonas.
¿Por qué me pasa esto? Si alguna vez me paré sin miedos y pude hablar con convicción, yo no lo recuerdo. Desde que tengo memoria no sé qué hacer cuando tengo que hablar en público: o me rasco la nariz, me quedo quieta, muevo más las manos, carraspeo, parpadeo muy rápido, hablo sin pausas, se me olvidan las palabras, no dicciono bien. Me siento extraña, esta decisión fue mía y solo mía, me voy a parar frente a 300 personas y hablaré. Voy a temer y yo lo elegí así. Me estoy preparando lo mejor que puedo porque tengo miedo. Tengo miedo, por eso escribo.
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