31 diciembre 2011

El cadáver de una hermana

Vivía yo en un pueblo oprimido, muy pobre. Mi familia era otra, mi mamá, y dos hermanos, niña y niño. El lugar donde vivía me hace pensar en los campos de concentración para judíos. Unos soldados pasaban lista en la calle y repartían comida asquerosa. La gente salía con sus ollas, y niños enfermos, hambrientos se sentaban en el suelo mirándose los pies sucios.
Mi mamá era una señora muy joven y rubia que tenía cara de preocupación todo el día y hablaba poco. Me dejaba en la casa limpiando y cuidando a mis dos hermanos. La niña era muy rubia también, se veía muy frágil y enfermiza. Mi hermano estaba siempre conmigo, moreno y con trapos como ropa. 

Un día, el ambiente se puso violento en las calles, la gente corría y algunos cantaban y bailaban como en un carnaval. Veía a mi mamá, que parecía una loca gritando, me persiguió un rato gritando, mientras yo corría porque me daba miedo. Después me rogaba que la quisiera y la perdonara por ser mala madre... 

En nuestra casa mi hermana estaba muerta, vestida de blanco y acostada en la cama. La tocaba y sentía sus pies duros. Se iba poniendo azul su piel... Se hacía de noche y no teníamos más camas. Yo dormía a su lado sintiendo como se enfriaba su cuerpo y se volvía un cadáver apestoso.Al otro día mi mamá la quemaba en un horno mientras yo y mi hermanito veíamos su cuerpo derretirse, llenándonos de humo.